Cada vez que escuchamos “está todo inventado” aparece alguien para recordarnos que no. Las guitarras de madera son historia, ahora el aluminio está de moda.
«Maribel Serrano»
Detrás de un bonito objeto nacido aparentemente de la nada, siempre hay una bonita historia. En este caso con la música de por medio y mucha ilusión por sacar adelante un proyecto único. La idea surgió del encuentro entre Alberto Martín, un luthier muy conocido entre los artistas de primera fila y con una larga experiencia, y Patxi Varas, un profesional del metal con una dilatada trayectoria de más de 20 años. El encuentro tuvo lugar con la compra de una modelo “Custom Shop”. La teoría decía que estaba todo ensamblado a mano por un luthier, pero lo cierto es que esto no era así. La guitarra estaba mal montada y ajustada y en la tienda de origen no se le puso solución al problema, así que era el momento de ponerse a buscar un luthier más profesional. Alberto Martín se puso manos a la obra. La madera debe tener secado natural durante unos años para ser estable, pero actualmente se seca en hornos autoclave (para economizar) con lo cual al poco tiempo empiezan a recuperar humedad y por tanto cambian su flexibilidad y volumen, afectando a las partes que la componen. Esto hace que el instrumento se desajuste o funcione de forma deficiente. A la pregunta de por qué razón se hacían las guitarras de madera, a la vista de esos problemas, la respuesta fue muy clara: “Siempre se han hecho así”. Pero había que probar cosas nuevas, y de ahí nació la idea de utilizar el aluminio como material principal. El cuerpo de aluminio es hueco y potencia los armónicos que producen las cuerdas, con lo cual las pastillas re SMQ cogen más información y la guitarra proyecta un espectro de sonido más amplio. Un instrumento de aluminio pesa un 30% menos, lo cual supone una gran ventaja a la hora de tocar durante un par de horas en un escenario. Al tratarse de un material metálico la guitarra está totalmente apantallada, es decir, no produce ningún tipo de acople, ruido, ni pitido de fondo. El sustain (el tiempo que se mantiene el acorde o la nota) de una guitarra de aluminio con el cuerpo totalmente cerrado (sin tapa trasera) dura más del doble que el de una guitarra de madera. Esto es fundamental para un músico. Estas guitarras tan especiales llevan un bloque macizo de aluminio en el encuentro con el mástil de madera, que evita que este se mueva excesivamente. De esta forma las guitarras se desajustan y desoctavan menos. El aluminio permite acabados imposibles para la madera, en cuanto a aspecto, duración y calidad. Una guitarra de madera se raya y se raya con mucha facilidad, por ejemplo, con los remaches de un pantalón vaquero, con botones metálicos etcétera, las de aluminio tienen una gran resistencia y hay que darles con bastante saña para que se deterioren. Se tardan aproximadamente unas cuatro semanas en hacer una guitarra y en todos los pasos interviene el luthier. Todas las guitarras se montan a mano. Las cejuelas (la pieza por la que pasan las cuerdas al salir de la pala del mástil) se hacen con hueso esterilizado y a mano. Se tallan pensando en la unidad específica en la que se van a montar. También se realizan de manera artesanal los mástiles de madera, los diapasones y el montaje de trastes. Y lo que más nos ha gustado de todo es que se pueden personalizar y no se enseñan al público sin el permiso del músico. En Señor Marqués no sabemos tocar la guitarra, pero con esto nos han dado ganas de aprender.
Precio: desde 4.900 euros. www.pamitoguitars.com
PDF